NUN, EL LIMÍTROFE, Y SU EXTRAORDINARIO BAILE

Acto 1
(Inmensa habitación verde cata. Prototipos de relojes de pared en el suelo. Diversos uniformes esparcidos sobre muebles de arcilla roja. Se oye la palanca de cambio con un suave delay. La temperatura es la de un vehiculo estacionado detrás del banco mundial.)
Nun: (asoma su cabeza desde el interior de un mueble de arcilla roja) ¿Cuándo llegará el bosque hasta nuestro pies?
(Una bandada de loros argentinos cae del techo justo frente a la cabeza de Nun, como si hubiesen muerto en vuelo.)
Actor 2: (entra bailando como puto polinésico) Vengo a pintar la pared del niño Nun. Ya huele a pájaro. Tengo la certeza de que el negro despertará en los relojes un sentimiento de abundancia. Quizás, hasta el mismo Nun se inflame.


Acto 2
(Inmensa habitación negra. Prototipos de relojes de pared en el suelo. Diversos uniformes esparcidos sobre muebles de arcilla roja. Se oye la palanca de cambio con un suave delay. La temperatura oscila entre una renoleta y una madriguera de liebres.)
Actores 2 y 3 y actriz normal: (pasan caminando de un lado a otro, arrancándole hojas a unos libros que llevan en sus manos. Llevan guantes blancos) ¡¡¡Nuuuuuuuuuuuuuuuuuuun!!!
(Se oye a lo lejos una marimba, como si contestara el llamado.)
Actriz normal: Talvez se reinventó.
(Todos se asustan.)


Acto 3
(Centro del laberinto. Estalagmitas. Todo está cubierto por una pátina verdosa. Luz verde, muy poca. Suena “El choclo” y el Padre y la Madre, en primer plano, desafiantes, mirando por sobre las cabezas de los mirones. Ambos visten de cuero negro y sólo mueven la cabeza, de vez en cuando, al compás de la música. Movimiento duro y aislado. Fondo negro, muy negro. Pasa levitando un hacha, de izquierda a derecha.)


Acto 4
(Playa desierta. Nun entra y sale del bosque constantemente. Casi desnudo excepto por un calcetín que cubre sus genitales y un zapato de payaso en su pie izquierdo. Hay una gran caja de madera al centro de la escena. Se oye el mar. Dos o tres actores empapados, vestidos de riguroso uniforme, atraviesan la escena como saliendo del mar y perdiéndose en el bosque. Van conversando tranquilamente acerca de la alfombra más grande del mundo. Nun los ve pasar, confundido, los sigue y luego regresa jugando con un hacha.)


Acto 5
(Inmensa habitación verde cata. Actriz normal trae en sus brazos más uniformes doblados a la perfección. Poco a poco los va arrojando azarosamente.)
Actriz normal: Me tinca que este cabro apareyó de nuevo.
Nun: (asomando la cabeza en el mueble) Es como besar la boca de uno mismo.
Actriz normal: Nunca va a entender que hay cosas que no se pueden hacer.
(Fuera de escena. Si a los mirones les da sed, actores 2 y 3 les ofrecen agua silenciosamente, con gestos en decadencia, sutiles. Nunca llegarán con el agua.)
Nun: Es como besarlos a todos.
Actriz castigada: (entra corriendo, viste ropa usada por otros actores de otras latitudes, que hablan otros idiomas y beben otros vinos) ¡¡¡Te llaman!! (ambas actrices salen corriendo)


Acto 6
(Inmensa habitación negra. La temperatura es la de un pantano con babirusas. Actriz castigada se arrastra, rueda, se desgrana en el piso. Nada se puede hacer para evitar que durante 2 minutos se retuerza con expresiones de sumo dolor. Es su castigo.)


Acto 7
(Centro del laberinto. Silencio. El Padre enumera acciones que le agradan. Animo triunfal.)
Padre: (dirigiéndose a alguien por sobre los mirones) Yo me voy a hacer cargo de todo. No es necesario que me lo canceles al tiro. Por hoy, sólo observa y procura comentarlo después. No todos los días puedes tener acceso a un ejemplo de vida como yo.
(En ese momento alguien le arroja, desde los mirones, una alforja con monedas, golpeándolo fuertemente.)
Padre: (recoge el proyectil en una desesperada maniobra) Oh, veo que sabes valorar una buena educación patriarcal, unilateral y moderna. Esperame aquí un segundo (vase por la izquierda)
(Pasa el hacha de derecha a izquierda.)


Acto 8
(Inmensa habitación verde cata. Nun se ríe despacio en el mueble.)
Nun: Es como una zarza que arde pero no se consume.
(Suena la marimba remota unos instantes. Nun se imagina saludando a todos los árboles.)
Nun: (riendo) ¡Y todo cabe un una caja!


Acto 9
(Centro del laberinto. El Padre de rodillas junto a la Madre, sentada inmóvil. Suena “El choclo”. Huele como una bodega oscura llena de notebooks.)
Padre: Hay que castigar al niño. Cree que la playa es un lugar para vivir.
Madre: ¿La playa?
Padre: Ese terreno que no se enchufa. Ese que está al borde de lo asimétrico y que vomita música también y que se endulza hacia adentro por si mismo y que prefiere cien veces los pájaros antes que un abrelatas.
Madre: ¿Cómo explicas eso?
Padre: (de pie ya, como ganando terreno. Comienza a pasearse mirando a los mirones) ¡Alguien lo ha tocado!


Acto 10
(Playa desierta. La caja está destrozada y humean algunos trozos de madera. Nun jadea en el suelo. El zapato de payaso junto a él, lo toma y lo arroja lejos. Se ríe. Actriz castigada aparece empapada y vestida de riguroso uniforme. Nun se levanta y la circunvala.)
Actriz castigada: Nun.
Nun: Déjame mostrarte mi baile.
Actriz castigada: Nun, tú no puedes bailar. Eres sólo una cabeza en un mueble.
(Se oye la tragedia, anacrúsica, primitiva.)


Acto 11
(Inmensa habitación negra. La Madre recoge hojas de libro. Nerviosa. Luego recoge un prototipo de reloj y lo cuelga en la pared.)
Madre: (sollozando y hablándole al reloj) Cuánta leche derramada.
Actor 3: (acercándose despacio) Ya no hacen los hijos como antes.
Madre: (tan distraída) Todo tiene su medida. No podemos cambiar de vara. Antes habría que quemarlo todo. Cada pequeña y negra cosa.
Actor 3: Es lo que yo digo.
Madre: (volviendo en si) ¡¿Cómo?!
Actor 3: (asustado pero sin orines) ¡No hay caverna tan negra como la suya!
(Se oscurece completamente la escena y entonces se detiene la palanca de cambio y su suave delay.)
Madre: (en la negrura absoluta) Tenemos que quemar al niño.


Acto 12
(Inmensa habitación verde cata. Donde estaba la cabeza de Nun hay un calcetín. No hay relojes ni uniformes. No se escucha la palanca de cambio. La actriz castigada viste tules azules y con un humilde balde va mojando los muebles y arcillando sus manos y su cara. No hay tensión en sus músculos. Suena la marimba muy fuerte, como huyendo de una plastificación. La luz es casi cegadora pero no quema. Hay focos hacia los mirones también. Llueven limones y mandarinas sobre el escenario. La actriz castigada se revuelca entre la fruta como atravesada por un gentil rayo de perdón. En el mundo no hay nada siendo torturado. Todo es ahora.)


Acto 13
(Playa desierta. El Padre y la Madre empapados, como saliendo de la tormenta. Hay una gran caja de madera al centro de la escena. Se oye el mar. El Padre y la Madre luchan entre ellos y también contra la caja tratando de abrirla. Cuando al fin la rompen y todas sus paredes caen al suelo, ellos y los mirones comprueban que no contiene nada. Se oye la palanca de cambio con un suave delay. El Padre y la Madre se arrojan trozos de madera. Se astillan los dedos. Los mirones se paran y se van. Todo ya sucedió. No hay telón.)

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