A propósito de "tirar la cuerda"

A propósito de "tirar la cuerda"

    Una vez en Juan Fernandez asistí a la máxima celebración de la isla. La municipalidad se ponía con un kilo de carne para cada uno y las familias se juntaban en ramadas en torno a una gran cancha y un escenario. Durante la fiesta se sucedían diversos juegos grupales y, entre éstos, recuerdo el clásico "tirar la cuerda". Casi medio pueblo por un lado y lo mismo por el otro. Magnífica muestra de fuerza, voluntad y alegría. Saco a colación esta imagen pues me llena de inquietud lo que veo que pasa hoy en las redes sociales.

    Hace unos días el grupo musical Juana Fé participó en un evento en la comuna de Colbún donde se generó un extraño y conflictivo episodio entre el alcalde Pedro Pablo Muñoz y la banda. Ambos se acusan mutuamente de faltarse el respeto con actitudes reprochables según las versiones que ellos mismos han dado. Independiente de estas actitudes, me llaman la atención los comentarios que surgen tras las declaraciones del edil. Todos se apuran en tirar la cuerda de uno u otro lado y nadie pone paños fríos para conciliar y hablar del gran afectado a mi juicio: el valor del respeto. La avidez por forcejear me preocupa ya que se nota que éste no es un caso aislado:

    Mucho más gravitante es lo que está ocurriendo en Venezuela y sin duda mundialmente en las redes hay muchísimas voces que claman por tal o cual postura, desconociendo aquello que no se puede conocer si no se es venezolano. Lo único que bien se sabe es que hay ahí otra gran oportunidad de tirar la cuerda y ejercitar así el músculo de la opinión propia que deviene en opinión pública y que es, a la larga, lo que valida este espacio democrático que es internet.

    Guillotín estaría orgulloso. 

    Hoy podemos exigir cabezas sin tomarnos el tiempo de contemplar. La sabiduría se nos va entre los dedos porque no nos damos el trabajo de procurarnos un mínimo de empatía, un mínimo de comprensión lectora que es tan necesaria para dilucidar qué valores son los que realmente están en juego tras cada episodio de nuestra mediatizada historia.